Compendio de citas del libro: Domina Zara (Soy un sueño) Por Angel Negro
Estas breves líneas, no pretenden resumir un libro ni verter
mi opinión respecto a los conceptos que en él se exponen, de hecho, la idea
original era tan solo crear un compendio de citas textuales del libro, para mi
uso, consulta y posterior reflexión. De cómo llegue de ésa idea original, a
éstas líneas, es algo que aún en este momento, no entiendo, pero en fin
empecemos.
Después de terminar la lectura del libro mencionado, me
entretuve un tiempo reflexionando sobre las citas que elegí y el porque de la
elección. La reflexión obviamente es complejo plasmarla en estas líneas, pero
el porque de la elección es claro y conciso: En el momento de la lectura
considere que esos puntos me podrían ayudar a ser un mejor jugador del juego de
BDSM, lo llamo el juego de BDSM, con el mayor respeto posible para aquellos que
lo ven como forma de vida. Pero dentro de las tribus que conformamos el BDSM
existimos una gran variedad de participantes que lo vivimos, diría yo en
diferentes niveles, y creo que para el grueso de los practicantes es un juego o
una forma de sexualidad diferente, mas que una forma de vida.
Ahora bien, revisando esas citas que elegí, y salvo 2 o 3
que no encajan, mi interpretación de ellas, es que hacen hincapié, en tres
aspectos fundamentales del juego BDSM (obviamente fundamentales desde mi punto
de vista):
1) Limites: Cuya piedra angular es el tan traído y llevado
concepto del CONCENSO, y en mi opinión, lo único que realmente diferencia el
juego BDSM del abuso o el delito.
2) Control: Pero no refiriéndonos a la dirección del juego o
al control como forma de dominación, sino al control que cada participante en
el juego debe tener sobre si mismo, para que las cosas no acaben en una mala
experiencia o siendo mas extremos en tragedia. Hace poco tiempo platicando con
una persona, le aclaraba, no hay nada de malo en ser sádico o masoquista, hasta
que no matas a alguien o dejas que te maten, un ejemplo muy burdo, pero que
considero plasma muy bien, la importancia del control.
3) Observación y análisis: Punto medular, en las habilidades
de un buen amo, creo firmemente, que la capacidad del dominante para leer e
interpretar las reacciones de la sumisa, es el factor determinante, que marca
la diferencia entre una sesión buena y una sesión sublime.
Obviamente en un grupo tan variopinto como el que
conformamos la comunidad BDSM, podremos encontrar interpretaciones diferentes,
a las mismas citas que seleccioné, lo cual estaría en función de los gustos,
experiencia y nivel de juego de quien interpreta. Y en ese tenor estas 3 citas
me agradan, las dos primeras por la libertad que otorgan y la tercera por el
debido acotamiento que deben tener estos juegos.
“ en el SM no hay recetas que sirvan para todos, porque es
un juego individualizado en el que cada uno aporta sus propias fantasías. “
(Página 33)
“ hay tantas variantes de sexualidad en general, y en el SM
en particular, como individuos. Aquí no hay patrones ni modelos que valgan,
porque cada persona es un volcán que estalla en cada orgasmo. “ (Página 50)
“ un acuerdo tácito: el dominante ordena y manda, el esclavo
obedece y se somete, pero ninguno de los dos hace nada que resulte inaceptable
para el otro. ” (Página 59)
Termino estas líneas con la transcripción de las citas que
seleccione, incluyo el número de página por si alguien desea consultar el
contexto sobre el cual esta dada la cita.
“ Después de tantos años de practicar el SM como ama
profesional, he comprobado que en toda sesión hay un momento mágico en el que
notas que el sumiso se rinde y se entrega por completo. Es un instante, un
gesto, una mirada, un estremecimiento, sólo eso, pero el ama debe ser capaz de
saber distinguir en ello que la persona que tiene enfrente se ha rendido ya por
fin a su poder. Sientes que el esclavo se relaja y cesa la tensión que había
mantenido hasta entonces, que caen todas las barreras y que lo que antes podía
ser resistencia se convierte en una confianza sin paliativos hacia ti, que ya
tienes vía libre para ejercer tu voluntad sobre él, sabiendo que cuanto le
hagas será bien recibido, porque es justo lo que está esperando y por lo que ha
venido a verte. Y una sensación embriagadora de poder te embarga. ” (Página 19)
“ Con el tiempo acabaría por darme cuenta de que la relación
SM, incluso dentro del terreno profesional, puede llegar a ser no sólo tan
profunda e íntima como en el del sexo convencional, sino mucho más, ” (Página
30)
“ Contra lo que puedan decir algunos indocumentados y falsos
moralistas, en el SM, no prima el dolor, sino el placer, y aquél no puede
superar a éste, si se quiere mantener la magia del momento. Es un juego que
pretende hacer realidad en la medida de lo posible, que siempre es limitada,
las fantasías sexuales de quienes lo practican, sus deseos irrealizados, No hay
nada mas ajeno al sado que el sufrimiento. Hay quien necesita dolor,
humillación y dependencia para excitarse sexualmente, es un hecho probado. Y en
esa necesidad que se complementa con la contraria, la de dominar para poder
consumar el placer, nace y se desarrolla lo que aquí estamos denominando SM.
Pero ese castigo que el ama aplica al esclavo, o el amo a la esclava o
cualquier combinación que queramos imaginar, sólo conduce al gozo de los
sentidos de ambos contendientes, al éxtasis compartido, nunca al sufrimiento de
ninguno de ellos. En la pasión de la entrega, el sumiso puede aguantar un
castigo más fuerte porque se quiere probar a si mismo y porque sabe que su
aguante satisface a la persona que le domina. El límite, no obstante, está
siempre en el placer compartido, que nace del profundo entendimiento que se da
entre los contendientes, de la corriente de comprensión y complicidad que va de
uno a otro, de la perfecta fusión entre ambos. Es decir, como sucede con
cualquier forma de sexo o, mas aún de amor. ” (Página 30)
“ La pasión, aun siendo muy grande, aun cuando tengamos
derecho a cultivarla hasta hacerla tan completa como necesitemos y seamos
capaces de realizar, nunca debe ofuscar la razón. En ese equilibrio entre una y
otra, entre realidad y fantasía, entre raciocinio y pasión, está la esencia no
sólo de mi actividad como ama profesional, que tampoco tendría tanta
importancia, sino del juego SM en general. ” (Página 33)
“ Por eso es tan importante la compenetración del ama con su
esclavo, y por eso es necesario que quien dirige la función que ha de ser
siempre quien domina si queremos que el resultado sea verosímil y
satisfactorio, sepa descubrir en quien se le entrega una reacción en un gesto,
una emoción en un guiño o un deseo en una mirada. El SM es un permanente
diálogo sin palabras entre ama y esclavo (o amo y esclava). A través de ese
juego de acción y reacción se va concretando la historia conforme avanza el
juego hasta alcanzar un final satisfactorio. ” (Página 35)
“ sólo en el conocimiento íntimo del otro se puede
desarrollar este juego en toda su profundidad, haciéndolo satisfactorio para
ambos y que, incluso en una relación profesional, no hablemos ya de la vida
privada, el conocimiento es fundamental para entenderse. Por eso me gusta
preguntar antes y después de una sesión. ” (Página 53)
“ En una sesión profesional, y en las que no lo son también,
lo que el sumiso busca con su entrega es, no lo olvidemos, realizar su propio
placer, que se puede administrar, retrasar o condicionar, pero que, en
definitiva, o llega, o la sesión se saldará con un fracaso. ” (Página 59)
“ lo que yo entiendo que debe ser el juego sado: una
relación que ha de basarse siempre en el consenso y, por lo tanto, en la
igualdad total de los que participan en ella, dominantes o sumisos, quienes en
total libertad deciden realizar juntos sus fantasías complementarias como forma
de obtener placer mutuo. ” (Página 68)
“ En los remolinos del noviazgo perdí la virginidad, que
nunca he podido entender por qué se considera una pérdida lo que es una
ganancia ” (Página 92)
“ y empecé a sentir que se me entregaba totalmente. Esa
sensación de abandono y aceptación es claramente perceptible por el amo o ama
experimentado. Hay muchos signos que lo desvelan. A veces es como un suave
ronroneo hecho de suspiros y leves quejidos, otras un relajamiento de todo el
cuerpo, que suelta de repente toda la tensión acumulada, y algunas mas un
susurro casi inaudible, que expresa con palabras medio dichas la entrega
absoluta.” (Página 103)
“ Quizás uno de los peores males que el catolicismo y todas
las religiones judeocristianas han aportado a la humanidad haya sido la
invención del pecado, esa idea realmente perversa que ha condenado a la
infelicidad a generaciones y generaciones a lo largo de siglos y siglos de
historia de la humanidad. A partir de ese concepto pernicioso, se ha condenado
el placer y exaltado la expiación de la culpa, se ha arrebatado al sexo toda
posibilidad de gozo y se le ha relegado a ser mero ejercicio reproductor de
forma que cualquier otra manera de entenderlo, cualquier heterodoxia, se vea
abocada a consumirse en el atroz tormento mental del miedo a las llamas del
infierno. ” (Página 110)
“ En una relación de pareja en la que ambos gustan de los
juegos SM es imposible mantener permanentemente la tensión sexual y, además no
es recomendable hacerlo, porque se perdería el disfrute que ofrecen muchos
otros momentos de la vida cotidiana ajenos al sexo, en los que el secreto está
en compartir vivencias y situaciones, que perderían parte de su encanto al
estar empañados por el deseo y sus servidumbres. Hay por consiguiente que
parar, olvidarse de los papeles de dominación y sumisión y dedicarse a vivir
sin otras trabas que las que el entorno interponga entre uno y otro. ” (Página
119)
“ Todo lo que sé como Dómina lo he aprendido de mis
esclavos, de escucharles, observales y compartir sus fantasías. Ellos me han
ido dando las claves para actuar, ”
(Página 147)
“ Si el sumiso vislumbra las debilidades de la persona real
que hay debajo del ama, se desilusionará, se sentirá estafado porque le será
difícil identificar en ella la diosa todopoderosa que se ha forjado en su imaginación,
y el deseo caerá a los suelos. Por eso, la confianza entre ama y sumiso –cuando
no son pareja, porque entonces el mecanismo es bien diferente-- nunca debe ser
excesiva. ” (Página 156)
“ La relación que yo mantenía entonces con un hombre, el
dueño del gabinete en el que estaba, era cada vez más destructiva, pues me
pedía sado las veinticuatro horas del día, quizá buscando la soñada historia de
sumisión total, pero tan extremo que resultaba patético. Nada más llegar de
trabajar ya estaba con lo mismo, y eso me desquiciaba mucho, porque él me iba
arrastrando poco a poco en su propia locura, acercándome cada vez más a la
obsesión. ” (Página 170)
“ he aprendido a valorar la imaginación, el morbo y la
sutileza por encima del sota, caballo y rey (de las ataduras, los azotes y las
pesas). En los ojos del esclavo no quiero ver temor, sino pasión y placer.
Prefiero una tranquila y sugerente velada de adoración de pies, que siempre me
ha entusiasmado, que una vulgar descarga de adrenalina. ” (Página 180)
“ Mas tarde, a través de mi trabajo con Dómina Zara y todo
lo que hemos hablado en ese tiempo, lo he comprendido mejor. Ella me explicó
que no se era menos por ser sumisa, que era igual de importante que mi Amo,
porque, al fin y al cabo, esto es un pacto. “¿Qué haría un amo sin una
esclava?”, me preguntó, y yo misma encontré la respuesta: nada, lo mismo que
una esclava sin amo. El dominante lo que hace es llegar a un acuerdo con su
esclava, no otra cosa, ya que el amo no se puede arriesgar a hacerle cosas al
sumiso que a éste no le gusten, porque entonces puede plantarle y mandarle a
tomar viento. ” (Página 210)
“ Entregarse era fácil cuando la persona que me dominaba me
hacia sentir algo por ella, fuera morbo, respeto o simplemente interés de algún
tipo, pero eso no sucedía muy a menudo, y acabé por someterme sólo por
profesionalidad, porque habían pagado un cantidad de dinero y a cambio yo me
había comprometido a hacer una serie de cosas a las que cada vez sacaba menos
placer. Recuerdo ocasiones con algún amo de esos que ni eran capaces de
controlar la situación ni me transmitían nada, en las que yo mientras les
obedecía realizando algunas de las cosas absurdas y sin el menor morbo que me
ordenaban, pensaba: - Pero ¿Qué hago yo aquí entregándome a éste, que ni me
pone, ni me entiende ni sabe qué hacer conmigo?- ” (Página 215)
“ Poco a poco empecé a descubrir el inmenso placer de jugar
con los esclavos y de alguna manera manipularles, dirigirles, conducirles a que
hicieran lo que yo quisiera, y además, hacerles disfrutar con ello ” (Página
216)
“ A menudo sucede que el hombre que paga para disfrutar un
rato con una esclava profesional no tiene por qué ser estrictamente un amo en
el sentido que aquí le venimos dando al término. Puede que esa situación de
dominio le atraiga por la novedad de sentirse poderoso, o por equilibrar la
frustración en otros aspectos de su vida, por simple curiosidad morbosa o por
variar el menú erótico. En el peor de los casos, bien puede tratarse de un
vulgar machista irredento que se siente aún más macho vejando y pegando a las
mujeres. ” (Página 219)
“ Con él aprendí que provocar el orgasmo del esclavo a su
capricho es quizá la forma suprema que tiene el amo de dominarle. ” (Página
222)
“ ser ama consiste, precisamente, en eso en hacer lo que le
dé la gana, lo que más placer le provoque, o lo que realmente le divierta, sin
pensar si está de acuerdo con los cánones, establecidos, que no se sabe quién
los estableció ni por qué, pero que a veces constriñen mas que liberan. ”
(Página 224)
“ Ser dominante conlleva una gran responsabilidad, y el ama
que no lo sabe mal ama será, sea en el terreno privado o en el profesional. La
parte bonita para quien domina la situación está en que ella es la responsable
de imaginar lo que sucede en la sesión, de no dejar que decaiga la actividad,
de mantener un ritmo constante, de crear acciones creíbles y morbosas, pero
también hay que realizar un gran esfuerzo de racionalización para que las cosas
no se salgan de madre, para que nada vaya más allá de donde debe quedar. Y para
eso hay que tener la cabeza muy fría, incluso en medio de la mayor excitación
del esclavo y propia. ” (Página 226)
“ Me gusta que las relaciones con mis esclavos sean un
proceso de conquista, jugar con ellos lentamente hasta que noto que se me han
entregado por completo, porque es entonces cuando sé que domino la situación, y
al notarlo me excito yo y se excita él. También me gusta darles ordenes, pero,
eso sí, dentro de esa forma de dominar tan mía. El dolor excesivo no me pone,
me gusta mas provocarles, ir calentándoles poco a poco, notar cómo se
descontrolan y se entregan, excitarles hasta el punto de ver cómo se ponen a
mis pies, dispuestos a qué haga con ellos lo que me plazca. ” (Página 227)
“ El lado más oscuro del sexo esta iluminado por un rayo de
pasión, y su luz es tan intensa que puede dejarnos ciegos. En esos momentos es
necesario conservar intactos los mecanismos de la razón. Debemos saber que la
frontera está señalada por la marca roja de la felicidad del otro, que los
límites los establece el placer y no el dolor, el goce mutuo y no el
sufrimiento de nadie, la seguridad propia y la de los demás. Teniendo eso en
cuenta, todo está permitido. ” (Página 239)
“ ¿Cuáles son esos valores? El consentimiento mutuo y el
respeto a los gustos del otro, por muy extraños que a uno le puedan resultar.
Aquí no se desprecia ni se insulta, aquí no se viola ni se agrede ni se rapta.
Los mecanismos de acoso sexual en una oficina suelen ser “mas perversos” que el
establecimiento de límites en una sesión de sado. ” (Página 251)
“ Han pasado más de veinte años de mi vida y por ellos
cientos de esclavos, que en cada sesión me regalaron un trocito de si mismos en
forma de sueños y fantasías que yo les ayudaba a realizar. De cada una de ellas
me he alimentado con avidez, aprendiendo a moverme perfectamente por ese mundo
de sombras y fantasmas, a conocer sus claves, sus ritmos, sus métodos. ”
(Página 273)
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